La señal de sus cuernos es mi visión más preciada, ellos impalan
todo lo sagrado y lo débil, desintegran la irrisoria debilidad del
hombre moderno. Cada ocaso siento el manto de su oscuridad impenetrable
arropando el orgullo de mi misántropa soledad, fruto del distanciamiento
implícito a mi naturaleza hiperbórea. ¡Cuan noble es el alma guerrera
que ansia el domino!, de uno mismo, de la nada, del vacío, del negro
abismo. Volvería a nacer eternamente bajo tu marca padre, pues en ella
reside la fuerza de afrontar esta vida sin excusas ni dogmas, aceptando
la vacuidad y el azar, el dolor y la pena... pues el sabio ya es viejo y
sus arrugas reflejan, la dureza del ciclo de muerte y de fuerza.
¡Oscuro arcano alabado por pocos!,
jamás renegaré de tu estigma aunque esté entre los locos,
pues tu esencia es la vida, la muerte y el gozo.
¡Oscuro arcano alabado por pocos!,
jamás renegaré de tu estigma aunque esté entre los locos,
pues tu esencia es la vida, la muerte y el gozo.
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